En aquel mundo a donde llegan las almas una vez que han dejado lo terrenal, solo existe la felicidad. Una felicidad que no se puede imaginar y que, al llegar alla, no se puede tampoco describir con palabras. No existen los idiomas.
Ese bosque paraiso esta poblado de unicornios que galopan libres y aves fenix que cruzan el nuboso cielo azul.
Todas estas formas fisicas son solo simbolismos. Simbolismos.
Un dia un unicornio sintio curiosidad. La misma curiosidad que siente uno de nosotros acerca de lo que hay mas alla; y trato de imaginarse lo que significa ser mortal pero no pudo hacerlo. Su imaginacion tuvo limites.
El unicornio galopo hasta el borde del bosque. Galopo sin descanso hasta el puente que une su paraiso con nuestro mundo, y vio que una nueva alma llegaba. La forma fisica del recien llegado iba perdiendose conforme se acercaba a el. Ambos sintieron curiosidad el uno del otro.
-Bienvenido mortal - saludo el unicornio - cuentame como es alla abajo?
El visitante se detuvo. Trato de recordar y noto que conforme se acercaba a la entrada del bosque recordaba menos.
-No recuerdo - dijo confundido.
-Es normal no hacerlo - replico un Ave Fenix que posaba sobre la rama del gran arbol de la entrada. - Tus recuerdos son terrenales y los haz dejado atras. Solo el amor lo traes contigo.
-No entiendo. Necesito saber. - insistio el unicornio.
-Unicornio - dijo el Ave Fenix - Una vez tu tambien llegaste a esta puerta y cruzaste bajo este mismo arbol y fui yo quien te dio la bienvenida. - que recuerdas tu de tus dias de mortal?
El unicornio guardo silencio.
-Aca arriba, ni el tiempo ni el espacio existen. La felicidad que vives es algo que te ganaste y la posibilidad de ver a los tuyos tambien. Solo que no de la misma manera.
-Como sabes tanto Ave Fenix?
-Porque yo, hijo, te he cuidado desde que parti de tu lado. Nunca estuviste solo. Ni tu ni tu hermano, que hoy llega a reunirse con nosotros.
Y conforme el visitante llego bajo el arbol a la entrada del bosque, el Unicornio recordo.
-La tristeza es un sentimiento terrenal hijo, el recuerdo de los que dejaste atras te hubiera acompanado.
Y al cruzar el visitante el umbral de la entrada, el unicornio se convirtio en Ave Fenix y vio a su hermano recien llegado convertirse en Unicornio, pues yacia en el la responsabilidad de velar por alguien que quedo atras, en espera de su turno de reunirse con ellos, bajo ese arbol, en la entrada del bosque.
Ese bosque paraiso esta poblado de unicornios que galopan libres y aves fenix que cruzan el nuboso cielo azul.
Todas estas formas fisicas son solo simbolismos. Simbolismos.
Un dia un unicornio sintio curiosidad. La misma curiosidad que siente uno de nosotros acerca de lo que hay mas alla; y trato de imaginarse lo que significa ser mortal pero no pudo hacerlo. Su imaginacion tuvo limites.
El unicornio galopo hasta el borde del bosque. Galopo sin descanso hasta el puente que une su paraiso con nuestro mundo, y vio que una nueva alma llegaba. La forma fisica del recien llegado iba perdiendose conforme se acercaba a el. Ambos sintieron curiosidad el uno del otro.
-Bienvenido mortal - saludo el unicornio - cuentame como es alla abajo?
El visitante se detuvo. Trato de recordar y noto que conforme se acercaba a la entrada del bosque recordaba menos.
-No recuerdo - dijo confundido.
-Es normal no hacerlo - replico un Ave Fenix que posaba sobre la rama del gran arbol de la entrada. - Tus recuerdos son terrenales y los haz dejado atras. Solo el amor lo traes contigo.
-No entiendo. Necesito saber. - insistio el unicornio.
-Unicornio - dijo el Ave Fenix - Una vez tu tambien llegaste a esta puerta y cruzaste bajo este mismo arbol y fui yo quien te dio la bienvenida. - que recuerdas tu de tus dias de mortal?
El unicornio guardo silencio.
-Aca arriba, ni el tiempo ni el espacio existen. La felicidad que vives es algo que te ganaste y la posibilidad de ver a los tuyos tambien. Solo que no de la misma manera.
-Como sabes tanto Ave Fenix?
-Porque yo, hijo, te he cuidado desde que parti de tu lado. Nunca estuviste solo. Ni tu ni tu hermano, que hoy llega a reunirse con nosotros.
Y conforme el visitante llego bajo el arbol a la entrada del bosque, el Unicornio recordo.
-La tristeza es un sentimiento terrenal hijo, el recuerdo de los que dejaste atras te hubiera acompanado.
Y al cruzar el visitante el umbral de la entrada, el unicornio se convirtio en Ave Fenix y vio a su hermano recien llegado convertirse en Unicornio, pues yacia en el la responsabilidad de velar por alguien que quedo atras, en espera de su turno de reunirse con ellos, bajo ese arbol, en la entrada del bosque.
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